
En un sistema de gobernanza equilibrado entre la sociedad política, la sociedad civil y la sociedad económica, el espíritu, el alma y el cuerpo de una nación que lucha por vivir en Democracia Republicana y Constitucional, la participación activa, viva y sin temores de los ciudadanos con acciones dentro del marco de la ley para defender sus derechos de cara a los poderes constituidos del Estado, es indispensable, de otra forma seguiríamos estando como hasta ahora, viviendo un remedo de Democracia.
Es ejemplar la forma en que el ciudadano Roberto Antonio Cano López, con la ley en la mano y la complementariedad del fallo de la Corte de Constitucionalidad a su favor en el caso del amparo en contra de la caminata de la diversidad sexual.
Acudo a una transcripción de una entrevista televisiva realizada al ciudadano Cano:
“La corte de constitucionalidad otorgó un amparo provisional al abogado Roberto Antonio Cano López contra la caminata de la diversidad sexual el cual buscaba que la misma no se realizará. En su resolución, el pleno de magistrados permite que el desfile se realice bajo las buenas costumbres exhortando a los promotores de la caminata y los ciudadanos en general que el respeto a la paz social, la protección a la persona, la familia; la niñez y el orden público se ejerza de forma pacífica.
Ante la resolución de la corte de constitucionalidad, Canal Antigua consultó al abogado Roberto Antonio Cano López quien brindó su postura: Ante el amparo otorgado, quiero aclararles primero que el amparo que yo presenté que tiene un propósito y es un propósito de supervivencia, no responde a que yo esté sujeto a un jefe o que esté sujeto a una organización o que tenga que rendir cuentas a alguien. Es a título personal y lo hago precisamente porque mi compromiso es primero con mi integridad, mi propia existencia, luego primero con Dios luego con integridad y tercero por los niños de Guatemala y cuarto por el pueblo, porque no es posible que a los niños se les utilice para propósitos que no tienen ellos conciencia; … (Una vez se da la resolución favorable) que me alegro, me llena satisfacción, yo siempre he tenido confianza y he peleado mucho por la independencia judicial, porque los que lleguen ahí no importa quiénes son, de qué partido sean y qué coalición sea pero que en lo que tengan siempre en la conciencia al servicio de la protección de la sociedad”
Está claro que es poco usual en nuestra cultura de vida en Democracia Republicana, que los ciudadanos acudamos cuando se vulneran nuestros derechos al sistema legal regularmente y esto impide entonces que frenemos los abusos del poder constituido y cuya limitante en ese ejercicio esta precisamente en las leyes vigentes. Las leyes, no solo la Constitución política de la República, sino todo el marco jurídico existente, define los límites entre los cuales, los poderes del Estado pueden actuar y es nuestro deber tal cual el Licenciado Cano lo ha hecho ver en la práctica, ponerlo a funcionar.
En medio de una ignorancia profunda que no debe darnos vergüenza aceptar y confesar, aceptemos que por razones de su valor histórico en el cumplimiento de ser la única opción hasta ahora creada por el ser humano para salvaguardar los dones inalienables y superiores a cualquier noción de Estado, la Vida y la Libertad, nacimos y crecimos en una parte del mundo en donde se privilegia la Democracia Republicana y Constitucional como sistema de convivencia entre las personas, las personas y los bienes físicos y las personas y sus ideas.
Para alimentar nuestro saber, aprovecho este espacio que IDocumenta me concede, para transmitirle a los lectores conceptos que uno de los padres de la Democracia Moderna nos trasladó en sus lucidos momentos de vida. Me refiero a Winston Churchill:
“Winston S. Churchill vivió la política de forma intensa y total, tal vez la única manera en la que pueda experimentarla quien se dedica a ella de forma profesional. Y la experimentó en una democracia vieja, construida a golpe de tradición más que con el cuño de la ley. Pero también observó en su larga vida, el surgimiento y la caída de regímenes que se asumían democráticos.
Preguntado acerca de la Italia de la posguerra y los requisitos para que fuera una auténtica democracia, esbozó estas siete preguntas: https://www.cronica.com.mx/opinion/democracia-churchilliana
1.- ¿Existen tanto la libertad de expresión como la posibilidad de criticar y oponerse al gobierno?
2.- ¿La ciudadanía tiene el derecho de cambiar al gobierno que ya no aprueba?
3.- ¿Los tribunales están libres de la intromisión del ejecutivo y de las amenazas de las turbas, así como de cualquier asociación con los partidos políticos?
4.- ¿Los tribunales aplican leyes que están basadas en los principios de la decencia y la justicia?
5.- ¿Habrá un trato justo tanto para las personas pobres como para las ricas, para las personas privadas como para quienes pertenecen al gobierno?
6.- Los derechos de las personas, sujetos a sus obligaciones con el Estado, ¿se mantienen, aseguran y promueven?
7.- ¿Las personas pueden tener la seguridad de que no serán detenidas por una policía al servicio de un solo partido, ni que serán juzgadas o maltratadas sin un juicio público?
Sugiero que mentalmente y mientras lee nuevamente estas preguntas, respóndase sobre nuestra situación actual en Guatemala, busque conversar sobre ello en su hogar, con sus hijos y círculo familiar ampliado y extiendas estas conversaciones en forma pacífica en su comunidad de fe o círculos de estudio académico o empresarial. Es urgente, tengamos mayor claridad para que de la misma forma que el Licenciado Roberto Antonio Cano López nos diera un ejemplo de cómo hemos de actuar, vivamos nuestra ciudadanía de una forma responsable. ¡Guatemala nos necesita!
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