
Al viajar a otro país, hay que tener claro que existe la posibilidad de un problema de salud por los cambios de ambiente. En mi visita a China lo experimenté, sufrí de un salpullido que se complicó, entonces tuvieron que solicitar una cita para ir a un hospital público, sin saber que esta se iba a convertir en otra experiencia más visitando este país.
Primero, la cita se hizo a través de internet, porque todo aquí está mediado por la tecnología. Me la programaron para una semana después (por no tratarse de una emergencia), cosa por la cual se disculparon conmigo, debido al tiempo que llevaría, les indiqué que no se preocuparan, porque en mi país, el Seguro Social se podía tardar varios meses para programarme una cita. ¡No me lo creían!
Al llegar al Hospital Chaoyang de Beijing, entramos directamente a buscar una pantalla para saber en qué clínica me atenderían. Nos movimos a otra máquina para pagar mi consulta, fueron 50 yuanes (US6.00). No pasaron ni 10 minutos para llamarme por altavoz, entramos con la doctora, me revisó, le expliqué mi situación (a través de un traductor). Me revisó y apuntó dos pomadas y me entregó la receta que llevaba un código QR.
Al salir de la consulta, fui a otro equipo para pagar mis dos medicinas, por estas pagué 23 yuanes (US3.00), según mis cálculos en una farmacia de Guatemala estas mismas hubieran costado hasta cinco veces más. Para concluir la experiencia, nos acercamos a otra pantalla, en la cual coloqué el QR de mi medicina y de ahí mismo salieron dos cajas con las pomadas. Los pagos se realizaron a través de mi cuenta de AliPay, una de las aplicaciones del teléfono con la cual se compra casi todo por aquí.
Según me cuentan, los residentes de China realizan estos pagos, pero de acuerdo a su modalidad de seguro social, el Estado les puede llegar a reembolsar entre el 50% y 75% de lo gastado en la consulta y medicinas.
¡No lo podía creer! No solo el precio es bajo, sino que todavía le devuelven dinero al usuario. Esto es un verdadero beneficio para la gente, en un sistema de salud pública digno para la población.
A todo ello hay que sumarle que los hospitales están bien equipados, con un ambiente agradable y limpio. Esta no es la percepción de nuestro sistema hospitalario público, que en algunos casos parecen lugares donde se atienden heridos de guerra, con carencias, malos tratos, tiempos de espera desesperantes, sin equipamiento, en resumen, son lugares deshumanizantes.
Debo confesar que me dio envidia, cómo me gustaría que en nuestros países viviéramos una experiencia semejante, donde los servicios públicos funcionan con eficiencia y se convierten en uno de los bastiones de lo que aquí se conoce como una sociedad modestamente acomodada.
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Hospital Chaoyang de Beijing: En China existen tres niveles de hospitales. En la ciudad de Beijing existen cientos de clínicas de primera atención de Nivel 1, hay 50 hospitales de nivel medio y más de 75 hospitales grandes, con diversas especialidades. Esto se replica en todo el país. (Fotografía: Maynor Martínez).


Todo está sistematizado: Los hospitales están conectados a la web, por eso al ingresar lo primero que se hace es consultar el sistema para ver el nivel y la clínica que corresponde. (Fotografía: Maynor Martínez).

Rápida atención: Al haber realizado la consulta en el sistema, uno debe ubicarse en la sala de espera, en mi caso no pasaron más de 10 minutos para atenderme. La atención fue rápida y profesional. (Fotografía: Maynor Martínez).


Pagos automatizados: Las consultas y medicinas se pagan en forma digital y lo invertido es parcialmente reembolsado, según el sistema de seguro social con que cuente la persona. (Fotografía: Maynor Martínez).


Pocas colas: A pesar de la cantidad de personas que viven en China, no se observan grandes colas. Los servidores públicos están capacitados para movilizarse rápido y sin burocracia, lo que hace que los servicios sean eficientes. (Fotografía: Maynor Martínez).

Limpieza y orden: Los servicios públicos son de primer nivel, los hospitales cuentan con infraestructura, equipamiento y limpieza, lo que hace que la experiencia como usuario sea agradable y satisfactoria. (Fotografía: Maynor Martínez).


Medicamentos: En la fase final, uno debe acercarse al despacho de medicamentos, que puede ser con atención personal o a través de una máquina expendedora, donde se recoge la medicina que se ha pagado anteriormente en la computadora. (Fotografía: Maynor Martínez).