MARES DE INCERTIDUMBRE

Mares de incertidumbre son la consecuencia de los actos de impunidad, fraude y falta de democracia que hacen temblar al pueblo de Guatemala que con ilusión esperan la llegada del tan anhelado día de transición en que la “democracia” se hará valer. Pobre de la señora democracia que sigue sufriendo por los impunes que la siguen mancillando como si fuera una vil e infame que merece cada golpe indigno.

Los “guardianes” de la misma, que permiten tal atrocidad son quienes permiten que la voz del pueblo sea silenciada al huir como las ratas cuando los barcos se hunden en un mar de miles de posibilidades, en las que ellos, son los que deben de entregar cuentas al mismo pueblo que sigue siendo víctima de las más brutales violaciones a sus derechos, derechos que no son válidos para quienes no tienen el poder económico para hacerse valer o al menos hacerse escuchar.

Ay de aquel que con ciega locura sus colores pretenda manchar”, como dicen una las líneas de nuestro himno, que aquellos que pretendan manchar la honra del pueblo serán castigados por el mismo soberano que tiene sus esperanzas puestas en una persona, quien no sabe ni como mantener su palabra, que tiembla cuando se le cuestiona sobre sus acciones en contra de la señora democracia que pide a gritos por justicia, justicia para sus hijos, hijos a los cuales ella les presta su voz.

Recordar que el pueblo de Guatemala es valiente y orgulloso, que no tiembla ante las más grandes infamias y reclama con todo su poder que salgan quienes, con descaro roban, matan y evitan la justicia a través de un derecho que no deberían de tener ya.  Si el pueblo los coloco en los puestos que ocupan o por lo menos pretenden ocupar, en futuro no muy lejano, el derecho de antejuicio, que es el fraude más atroz de todos, ya que es la carta de protección de aquellos que no se cansan de mancillar la justicia y la democracia del pueblo.

Guatemala será libre, libre como la bandera que hondea en las astas, libre como el quetzal que va donde quiere y que su tamaño no le importa pues su majestuosidad es única y sin igual, como la del pueblo guatemalteco que no quiere seguir viviendo entre mares inciertos, entre desiertos de desnutrición y muerte, entre calles llenas de sangre y desechos humanos que solo permiten ver que ninguna de las administraciones anteriores a podido acabar con quienes aterrorizan y esclavizan a nuestros hermanos y hermanas, demostrando, decenas de veces, que son indignos de ocupar los puestos que ocupan.

Las curules, las sillas ministeriales e incluso la silla del presidente existen porque así lo quiere el pueblo y es el mismo quien tienen el poder de quitarlos y recordarles, a la parvada de ladrones, que es por él que están en esos puestos, que no importa cuántos financistas tengan, que no importan los billetes que vengan de tierras extranjeras porque eso solo los hace débiles ante su avaricia y codicia de poder, poder para poder seguir atormentando y evitando que el pueblo avance y mejore, utilizando a los ancestrales como carne de cañón.  

Autor: Sol Novus.

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