EL ARTE DE LA POLÍTICA

Esta semana el pulso es fuerte en el Organismo Legislativo por la elección a representante titular y suplente a la Junta Monetaria.

Un sistema democrático es un mecanismo social establecido para la toma de decisiones. Mediante el voto, se escoge un candidato que deberá utilizar verdaderos canales de democracia y activar todo su conocimiento, con el fin principal del beneficio a la población.

Sin embargo, todo esto queda solo en papel porque en la realidad de nuestro país y de muchos otros a nivel latinoamericano, los representantes electos por el pueblo conocidos como “Padres de la Patria” o diputados, buscan su interés particular o el de su bancada y ni digamos que es en estos tiempos cuando ven como empezar a devolver “el apoyo económico” que recibieron de sus patrocinadores… O ¿acaso creen que para participar como diputado no se financian campañas? 

La historia de los últimos gobiernos y legislaturas nos muestra cómo ha quedado plasmado este modelo que persiste y se replica, solo cambian los protagonistas del momento. 

Esta primera semana de abril, se vivirá un verdadero pulso político dentro del hemiciclo parlamentario del Congreso de la República, al realizar la elección de titular y suplente ante la Junta Monetaria, el máximo representante del Banco de Guatemala, quienes tienen a su cargo la política monetaria, cambiaria y crediticia del país para velar por la liquidez y solvencia del sistema bancario, asegurando la estabilidad y el fortalecimiento económico nacional, según indica el artículo 132 de la CPRG.

En otras palabras, es la crema y nata de la sociedad guatemalteca, académicos y profesionales de larga data y de alta alcurnia, de la talla de Manuel Alonzo, Sergio Recinos, Lidya Gutiérrez, Óscar Monterroso y Álvaro Gonzáles Ricci, entre otros.

Esta elección es crucial en la estructura política y económica de nuestro país, porque como Junta Monetaria desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones relacionadas con la política monetaria y el desarrollo económico. La elección a representante titular y suplente debe ser un proceso transparente y democrático al que los candidatos debieran presentar un plan de trabajo y visiones para el futuro de nuestro país, y los votantes o diputados deberían evaluar credenciales, conocimientos y estudios en la rama.

Según el artículo 132 de la Constitución Política de Guatemala, establece que los designados del Congreso y el Consejo Superior Universitario CSU, de la USAC; deberán ser personas de reconocida honorabilidad y de notoria preparación en materia económica y financiera.

Como guatemaltecos, dentro de nuestros derechos y deberes cívicos, debemos cumplir y velar porque se cumpla lo establecido en la constitución política de nuestro país.

Pero, ante todo, este ruido que generan las redes sociales en las que usuarios muestran su aprobación o descontento a los funcionarios y políticos de turno, en torno a esta elección, ello no debe privar la visión de los nuevos diputados que tendrán cuatro años para, verdaderamente, ser recordados como figuras o héroes del país que lucharon incasablemente por el bien común de los más necesitados y que deberán demostrar capacidad para llevar las riendas políticas de toda una nación.

Ojalá estos textos lleguen a los ojos y oídos de los diputados y les abra el entendimiento sobre los puestos de poder que ostentan y que son pasajeros y deben mantener la mentalidad del porqué, se llegó a ocupar la curul en la alta esfera del poder legislativo.

Cierro esta columna de opinión con una frase del periodista Louis Dumur: “La política es el arte de servirse de los hombres, haciéndoles creer que les sirven a ellos”.

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