
NOTA: Esta es la octava entrega de nuestra nueva serie de cuentos inspirados en los inventos y avances del pueblo de la República Popular China.
El conocimiento es un tesoro, pero la práctica es la clave para ello.
Lao Tse
El almuerzo se llenó de anécdotas y de alimentos sanos. María insistía en que un grupo debía ser participativo: no solo sentarse a comer y esperar que la mujer sirviera la comida, preparara la mesa, lavara los platos y tantas cosas más. Nos motivaba a que el futuro se llenara de armonía participativa y que este grupo tuviera la obligación de dejar huella en la participación de la mujer.
–Eso sí es necesario –dijo Cristóbal–. El poeta maya k’iche’, Humberto Ak’abal, tiene un poema sobre Las huellas:
En el lugar donde uno pone el pie
queda la huella,
la tierra guarda esa memoria.
El cuerpo viaja,
el recuerdo se queda.
Uno se despide
y no se va.
La vida
es el recuerdo de la muerte,
y la muerte
el recuerdo de la vida.
–¡Maravilloso! –exclamó Mario Recinos–. La poesía es darle la fuerza de un huracán o la belleza de un amanecer a un conjunto de palabras.
–Les investigué sobre la poesía que brota de los pueblos chinos. Hay filósofos que utilizaban la poesía para transmitir mensajes de buen vivir. La poesía china se caracteriza por su conexión con la vida política, social y cultural. Refleja emociones a través del Shi y el Ci. Desde la poesía clásica del Shi Jing hasta la contemporánea, se utiliza la tradición de caracteres para expresar sutilmente el estado de ánimo y la belleza transitoria del instante –explicó Mario.
En la poesía china, el silencio y la forma buscan los secretos de los estados de ánimo. Se trata de quitarle tiempo al momento pasajero, lo que requiere quietud y calma para su apreciación. En la dinastía Tang, hacia el año 907 de nuestra era, se desarrollaron muchas combinaciones y nuevos géneros. Otra característica es la unión con otras artes, como la caligrafía y la pintura.
La poesía china es oral y escrita. Sus fuentes principales son el Shi Jing o Clásico de la poesía y el Chuci o Canciones del Sur.
–Les tengo este poema como ejemplo –dijo Mario:
UN TIGRE SALTA DESDE UN POEMA CHINO
Un trozo de sol surcado
por ríos de sombra, astucia,
silencio en garras, nubes de instinto.
Llueve de golpe
sobre ti
agua muscular
y su relámpago
en el último verso
te desgarra.
–Li Den Xiao (Siglo XLV)
–Hay millones de poetas en China. La gente canta o recita todos los días. La poesía es parte de la vida, o mejor dicho, la vida se convierte en poema. Escuchemos a la poeta Lin Yui San del siglo XVII:
UN GUERRERO SE REBELA DENTRO DE UN POEMA CHINO
Ah, poeta, tus palabras no tocan mi cuerpo,
las esquivo. Eludo los adjetivos con que
pretendes inmovilizarme.
Salto, avanzo, retrocedo, imito al tigre,
soy la grulla,
el mono, la serpiente, el oso, el tallo
de cereal que se alza y dobla
en la mano del viento.
Animal, vegetal y piedra.
Todo menos un ser humano.
Los hombres escriben estupideces
de madrugada, manchas de tinta
como insectos.
Yo escribo en el aire con el cuerpo.
Soy el guerrero,
el poeta dentro de ti:
esta mañana
no necesitas palabras.
–El poeta Lu Tsin del siglo XIII escribió un poema titulado Variaciones de un ciruelo dentro de un poema chino –continuó Mario, y leyó algunos fragmentos que hablaban del parque, del invierno cruel y del dragón que sueña el pueblo, donde las llamas son palabras.
–Se dieron cuenta de cómo incorporan su calendario chino. Este se organiza por años, cada uno con las características de un animal. Son doce: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Este calendario lunar data del año 2637 a.C. –agregó Mario Recinos.
–Bueno, me gustaría contarles sobre nuestros calendarios mayas. Aunque ya es hora de tomar el autobús para Tecpán, como dicen los abuelos: el tiempo no pasa, los que pasamos somos nosotros. Si esta casa nos recibe de nuevo el próximo sábado, les hablaré especialmente sobre nuestro calendario sagrado, el Cholq’ij –dijo Cristóbal Cojtí.
–Será un gusto recibirlos de nuevo el próximo sábado. Seguiremos aprendiendo cómo unir pueblos con ustedes. Gracias por haber venido –concluyó Marcelo.
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