
NOTA: Este es la septima entrega de nuestra nueva serie de cuentos inspirados en los inventos y avances del pueblo de la República Popular China.
Preocúpate por lo que piensen los demás y siempre serás su prisionero.
Lao Tse
El sábado llegó acompañado de la lluvia y los árboles encendidos de alegría. Los cabellos mojados empezaron a entrar a la casa de María y Marcelo. El poeta Mario Recinos se cubría con un periódico y parecía una sopa de letras. Pablo Pérez, feliz con el agua, disfrutaba de su elemento, el mismo en el que pasaba tanto tiempo en su barco. Cristóbal y Francisco llegaron cargados de alimentos que entregaron a Pedro Mei.
Las sonrisas parecían mariposas blancas en el cielo de la alegría de volverse a ver. La felicidad estaba ubicada en cada corazón de los presentes. María y Pedro Mei los recibían con abrazos.
–Es un gusto estar de nuevo en esta casa que nos recibe con tanta bondad. Les traigo una copia del calendario chino y sus símbolos –dijo Francisco Ajpwaq Chang–. Además, hoy les contaré sobre el papel de la mujer en China, empezando con la historia de mi madre y su rol dentro de la comunidad de Shanghái.
–Yo también investigué cómo la mujer contribuyó enormemente desde diferentes niveles –anotó Pedro Mei–. Mi papá está preparando el fuego, porque hoy almorzaremos pollo asado que trajo Cristóbal, con esas tortillas que, cuando salen del comal, su olor anuncia la agradable alimentación que tendremos.
–Si nos da tiempo, quisiera contarles sobre nuestro calendario sagrado, la cuenta larga y el Ab’, que aún se utiliza en las comunidades mayas de Guatemala –agregó Cristóbal Cojtí.
–También les traigo las formas tradicionales de la poesía china: el Shi de la dinastía Han. El Ci, que surgió en la dinastía Liang, evolucionó en la Tang y se consolidó en la Song, y que es cantado; y el Jueju, poemas breves. Espero tener tiempo para hablarles de ellos –dijo el poeta Mario Recinos.
–Si me permiten, quisiera empezar con el tema de la mujer en China. El mejor ejemplo que tengo es mi madre: licenciada en Energías Renovables, con maestría en Paneles Solares y Turbinas Eólicas. Mientras estudiaba, y como ama de casa, fabricaba partes de los paneles solares –explicó Francisco Ajpwaq Chang.
–Vemos en este grupo que, desde la llegada de María, que ella abrió nuestras mentes a la participación de la mujer. Negar el machismo en China no es posible, así como tampoco en Guatemala. Hay elementos muy importantes, como el confucianismo, que coloca a la mujer por debajo del hombre en lo social. La educación, en todos los niveles, pero ha cambiado ese pensamiento –añadió Francisco.
–En China aún mantenemos gran uso de materiales fósiles, lo que daña el ozono del planeta. Pero desde el gobierno encabezado por Deng Xiaoping, se envió a miles de ciudadanos a estudiar a universidades de muchos países, especialmente en carreras técnicas, para combatir la utilización de materiales fósiles.
–Otro aspecto importante es la confianza en el sistema de seguridad, y allí el avance es palpable para cualquier turista que llegue a China. Nosotros planificamos para 50 años y vemos los resultados. En Guatemala se planifica para cuatro años y los resultados son pocos, generalmente porque no hay continuidad ni sostenibilidad de las políticas entre gobiernos. Lo digo con respeto, porque admiro a la gente de Guatemala, especialmente a los ciudadanos –hombres y mujeres– que descienden de la gran civilización maya y xinka. Sé que hay garífunas, pero aún no los conozco.
–En China lo más importante en este momento es la educación. Por eso las universidades han proliferado en proporción a las necesidades del país. Si consultamos la inteligencia artificial, veremos que existen más de 3,000 universidades y siguen creciendo cada día. Creo que cada país avanza en la medida de la calidad y cantidad de ciudadanos –hombres y mujeres– que estudian.
–En este momento superamos a todos los países en el ranking de las 2,000 mejores universidades del mundo. Por ejemplo, la Universidad de Tsinghua fue fundada en 1911. Una carrera universitaria dura, por lo regular, cuatro años; las de medicina y cirugía duran seis. Actualmente, estamos becando en China a miles de personas de países que necesitan profesionales con valores y técnicas innovadoras –dijo Francisco Ajpwaq Chang.
–Perdona, Francisco, ¿hay universidades privadas en China? –preguntó Mario Recinos.
–Sí, y son numerosas –respondió Francisco.
Estaban tan concentrados en la conversación cuando llegó Marcelo y les dijo:
–¡Disculpen que no los había saludado por estar asando el pollo que nos trajeron de Tecpán! Pasen adelante: los alimentos llenos de amor están servidos, y continuaremos con la plática mientras nos alimentamos.
NOTA: Si deseas enviar tu narrativa puedes contactarnos en: [email protected]

Monumento alegórico a los idiomas del mundo en la Beijing International Studies University. (Fotografía: iDocumenta).

